No hace mucho terminé de leer un libro que me hizo reflexionar sobre lo que tenemos y lo que necesitamos.
Durante algunos años he trabajado en el sector de la moda, de las grandes firmas y de las pasarelas, los cuerpos perfectos y los cuidados estéticos en ese mundo tienen prioridad 1, ahí no importa lo que eres sino lo que aparentas ser. El mensaje es, "ponte este vestido y ellos caerán rendidos a tus pies, ellas se morirán de envidia". Algunos de esos trajes no me lo hubiera podido permitir ni reuniendo algunos de mis sueldos (a pesar de que en aquellos tiempos ganaba más que mi padre y mi madre juntos), así que cuando veías un vestido de 5oo euros llegabas a pensar: "anda, pues este está bien de precio..." que locura!! ahora lo pienso y sólo se me ocurre como disculpa mi juventud.
Nunca me ha interesado tener a los hombres a mis pies y mucho menos provocar envidias, esto último me da bastante yuyu, pero si que valoraba un buen corte, una tela de calidad y por qué no decirlo, una buena firma. Dentro de ese mundo acabas viendo normales actitudes que son, como poco, nada saludables, como el estar pendiente de la báscula o esforzarte en ahorrar por conseguir el modelito de moda. Hay que ver lo que cambiamos cuando pasan poco más de 10 años, ahora valoro que los tejidos sean naturales para cuidar mi piel y que me hagan sentir cómoda y por qué no, atractiva. Pero con el paso del tiempo y mirando ese mundillo de una forma más objetiva te das cuenta de lo hueco que es casi todo allí, se pone tanto empeño en la imagen de la fachada que se les olvida cuidar lo que hay dentro.
Pero como todas las experiencias de la vida, ésta también me enseñó algo y es que, aunque desgraciadamente hoy en día la imagen cuenta, yo opto por asomarme por la retina de la persona que tengo enfrente y colarme en su interior y es ahí donde descubro la verdadera belleza.
Durante algunos años he trabajado en el sector de la moda, de las grandes firmas y de las pasarelas, los cuerpos perfectos y los cuidados estéticos en ese mundo tienen prioridad 1, ahí no importa lo que eres sino lo que aparentas ser. El mensaje es, "ponte este vestido y ellos caerán rendidos a tus pies, ellas se morirán de envidia". Algunos de esos trajes no me lo hubiera podido permitir ni reuniendo algunos de mis sueldos (a pesar de que en aquellos tiempos ganaba más que mi padre y mi madre juntos), así que cuando veías un vestido de 5oo euros llegabas a pensar: "anda, pues este está bien de precio..." que locura!! ahora lo pienso y sólo se me ocurre como disculpa mi juventud.
Nunca me ha interesado tener a los hombres a mis pies y mucho menos provocar envidias, esto último me da bastante yuyu, pero si que valoraba un buen corte, una tela de calidad y por qué no decirlo, una buena firma. Dentro de ese mundo acabas viendo normales actitudes que son, como poco, nada saludables, como el estar pendiente de la báscula o esforzarte en ahorrar por conseguir el modelito de moda. Hay que ver lo que cambiamos cuando pasan poco más de 10 años, ahora valoro que los tejidos sean naturales para cuidar mi piel y que me hagan sentir cómoda y por qué no, atractiva. Pero con el paso del tiempo y mirando ese mundillo de una forma más objetiva te das cuenta de lo hueco que es casi todo allí, se pone tanto empeño en la imagen de la fachada que se les olvida cuidar lo que hay dentro.
Pero como todas las experiencias de la vida, ésta también me enseñó algo y es que, aunque desgraciadamente hoy en día la imagen cuenta, yo opto por asomarme por la retina de la persona que tengo enfrente y colarme en su interior y es ahí donde descubro la verdadera belleza.
"La belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora"
José Ortega y Gasset
imagen sacada de werlife.com
6 comentarios:
Un tipo listo este Ortega y Gasset, de haber sabido que el ya sabía lo que a mi me ha costado tanto aprender, hubiera ahorrado tiempo.
P.D. Gracias por perder un par de minutos leyendome.
El interior de la persona es lo que le hace interesante. Pero el físico desgraciadamente para muchos también... menos mal que aun queda mucha gente como tu que aprecia más una cabeza inteligente que otra bonita pero hueca.
besos
Ut
Jordi!! que bueno verte por aquí!!
Muchas gracias por tu comentario, me ha hecho mucha ilusión.
Ut, si todos fueran como tu, guapos por dentro y por fuera sería todo tan fácil....
Besitos a los dos
Lo ideal es un cuerpo bonito con una cabeza llena de hermosos sentimientos. Puestos a elegir, decimos, la inteligencia sobre la belleza. Sin embargo, cada tiempos tiene sus patrones de belleza, lo que hoy es bonito, mañana puede ser feo. El cuerpo humano es hermoso, sólo hay que darle retoques para adaptarlo a los tiempos, y ese es el terreno de la mujer: la ropa y la moda. Lo que no podemos vestir es la inteligencia. más o menos cultivada, tendremos sólo la nuestra.
Un saludo,
Que razón tienes disancor, totalmente de acuerdo.
Un beso
Pues sí, estoy de acuerdo con todo lo dicho, lo mejor: equilibrio entre belleza interior y exterior, cuidarse sin obsesionarse, tanto por dentro como por fuera.
Lo demás hay que dejarlo en manos de la naturaleza, que es muy sabia.
Besos
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